Estofado de ternera con patatas fritas
La mejor receta de estofado de ternera
Trocear la ternera. Pelar las patatas y cortarlas por la mitad o en dados, según el tamaño. Pelar las zanahorias. Limpiar las alcachofas y cortarlas en cuartos. Limpiar los champiñones y cortarlos en trozos pequeños. Enjuagar los tomates y partirlos por la mitad. Pelar los ajos y picarlos finamente. Calentar aceite en una sartén y saltear las patatas y las zanahorias durante 3-4 minutos o hasta que se doren ligeramente. Añadir la carne y las alcachofas y saltear otros 3-4 minutos. Añadir el ajo, los champiñones y los tomates y desglasar la sartén con vino. Añadir la nata y cocer a fuego lento unos minutos más.
Durante mucho tiempo, los boniatos se consideraron algo exótico. Sin embargo, esta época parece haber terminado. Hoy en día se pueden encontrar boniatos en casi todos los supermercados. Esta evolución nos aporta no sólo grandes ventajas culinarias, sino también muchas ventajas para la salud.
Recetas de estofado de ternera con tomate
Daniel se unió al equipo culinario de Serious Eats en 2014 y escribe recetas, reseñas de equipos y artículos sobre técnicas culinarias. Anteriormente fue editor gastronómico de la revista Food & Wine y redactor de la sección de restaurantes y bares de Time Out New York.
A primera vista, el lomo saltado peruano parece algo que podría haber inventado mi madre para limpiar años de acumulación en la nevera y el congelador. Hay trozos de ternera, mezclados en una salsa marrón oscura con cebollas, cebolletas, pimientos, cilantro, ajo y... ¿tomate? ¿Y esas cosas amarillas empapadas son patatas fritas? Las apariencias, como bien sabemos, engañan.
El lomo saltado es, en realidad, un plato profundamente reflexivo elaborado con un conjunto de ingredientes y técnicas que reflejan la mezcla de culturas que contribuyeron a su existencia. Es un ejemplo de cocina chifa, término que describe la cocina híbrida chino-peruana creada por los inmigrantes chinos que se trasladaron a Sudamérica hace más de un siglo, así como los restaurantes donde se sirve esa comida.
La mejor receta de estofado de ternera
Trocear la ternera. Pelar las patatas y cortarlas por la mitad o en dados, según el tamaño. Pelar las zanahorias. Limpiar las alcachofas y cortarlas en cuartos. Limpiar los champiñones y cortarlos en trozos pequeños. Enjuagar los tomates y partirlos por la mitad. Pelar los ajos y picarlos finamente. Calentar aceite en una sartén y saltear las patatas y las zanahorias durante 3-4 minutos o hasta que se doren ligeramente. Añadir la carne y las alcachofas y saltear otros 3-4 minutos. Añadir el ajo, los champiñones y los tomates y desglasar la sartén con vino. Añadir la nata y cocer a fuego lento unos minutos más.
Durante mucho tiempo, los boniatos se consideraron algo exótico. Sin embargo, esta época parece haber terminado. Hoy en día se pueden encontrar boniatos en casi todos los supermercados. Esta evolución nos aporta no sólo grandes ventajas culinarias, sino también muchas ventajas para la salud.
Estofado de ternera a la marsala
El estofado flamenco de ternera es la respuesta belga a las patatas fritas con queso y chile. Es una comida contundente, que se pega a las costillas y que sienta como un cálido abrazo en un frío día de invierno. "...¡¿Pero estamos en verano?!", dirás, ¡pues nada grita más verano que las patatas fritas y el estofado de 't frietkot!
Las ciudades belgas están salpicadas de pequeños puestos de comida que venden patatas fritas y todos sus acompañamientos: salchichas al curry (frikandel), albóndigas (boullette), rollitos de primavera fritos (loempia), croquetas de gambas o pollo (garnaal of kippekroket) y, por supuesto, el tradicional estofado de ternera flamenco (stoverij o stoofvlees). En las "frietkot" se sabe que se va a disfrutar desde el momento en que se huelen los frietjes (patatas fritas) cociéndose en el burbujeante aceite caliente, lo que llena el aire de vértigo ante el primer bocado del paraíso de la comida frita.
Junto a los "frietjes", la cerveza es el rey en Bélgica. Los belgas aprenden a cocinar con cerveza en cuanto tienen edad para sostener un cucharón. Es un rito de iniciación. Al fin y al cabo, con más de 71 tipos diferentes de cerveza y más de 350 marcas propias entre las que elegir, es la bebida nacional por excelencia. Cuando dejé Gante a finales de 1999, este país del tamaño de Rhode Island contaba con 18 cervecerías "nacionales" en activo y unas cuantas docenas de cervecerías artesanales locales. Según recuerdo, casi todos los pueblos tenían al menos una abadía "trapense" o "benedictina católica", donde se podía comprar cerveza elaborada directamente por los monjes. Cada uno creaba su propia paleta de sabores, utilizando métodos de elaboración ancestrales transmitidos durante décadas. La trifecta cerveza-queso-pan ha sido durante mucho tiempo el pan de cada abadía, por así decirlo.
¡No te lo puedes perder!