Tartas de fresa sin horno

Tarta de fresas con gelatina
PD: mi goloso padre se las come en cualquier momento... de hecho, si quieres verle feliz es tener rodajas doradas para desayunar el día 25 🙂 bueno, supongo que cualquier día del año siempre está feliz de tener rodajas doradas para devorar ahahahah
Colocar los aros de masa en bandejas forradas con papel de horno y espolvoreadas con harina. Pincelar con huevo batido y decorar al gusto con frutas confitadas enteras. Dejar reposar 1 hora más en las bandejas.
Una búsqueda más en Internet y encontré tantas cosas bonitas que se pueden hacer con los CD... Acabé eligiendo estas manualidades para Navidad, como viene siendo habitual en mí 🙂
Tarta de hojaldre con fresas y nata montada
Había pensado, para este post, escribir sobre lo que yo llamo el liberalismo moderno del amor. El color de esta tarta va bien con el color del amor, pero rápidamente cambié de opinión. Este pastel está demasiado bueno para mis pensamientos sobre el tema, así que dejaré mis pensamientos menos dulces para otro día más gris
Poner las harinas y la sal en el bol de la batidora. Pulse hasta obtener una mezcla homogénea. Añadir la mantequilla en trozos y volver a pulsar hasta que la mantequilla esté bien mezclada. Añadir el agua y volver a pulsar. Por último, añada el huevo batido y pulse hasta que note que la masa empieza a unirse.
... que tenía de una tarta de queso al horno. Para mí, es el mejor y merece la pena esperar. La auténtica tarta de queso se elabora con queso con un alto porcentaje de grasa. Esta vez he optado por hacerlo con queso 0% materia grasa. Y, como es menos calórico, puedes comer fácilmente 2 rebanadas. Añadí 2 plátanos que ya mostraban signos de fatiga y sólo puedo decir que estaba delicioso. Oh, casi lo olvido, se acabó... aquí está la receta.
Tarta de morango con masa foliada
Tengo que admitir que hace algunos años, y aún más kilos de morangos, hasta que me di cuenta de que al final vale la pena cocinar estos frutos. Melhor ainda, que até gosto, e muito, de os comer assados ou apenas cozidos em xarope. Con panquecas, en bolos y especialmente en tartas.
Tras una semana alucinante (en el buen sentido), cuatro cajas de fresas y un antojo largamente pospuesto de un buen trozo de tarta casera, me llevaron de vuelta al calor del horno. Y eso hizo posible que pudiera estar aquí con todos vosotros, en torno a recetas una más, y eso es algo que empezaba a pensar que no iba a poder hacer esta semana. Pero lo conseguí y por eso... ¡Yesss!
Tuvieron que pasar unos cuantos años y muchos kilos de fresas para que me diera cuenta de que, después de todo, merecía la pena cocinar estas frutas. Mejor aún, que en realidad me gusta comerlas, asadas o escalfadas en almíbar... mucho. Sobre tortitas, en pasteles o, mejor aún, en tartas.
Me encanta el contraste del suave relleno de fresas, aromatizado con vainilla y enriquecido con arándanos, con una buena corteza casera hojaldrada y mantecosa. Esta tarta es junto con este crumble mi postre del momento. Lástima que ya se haya acabado, pero como todavía hay dos cajas de fresas guardadas en la nevera, nunca lo sabremos. Las posibilidades son infinitas...
Tarta de moras con nata y masa foliada
Desta vez dei forma ao queijo creme e ao leite condensado, colocando-os dentro de uma base feita de biscoitos de manteiga e pistachos numa forma de tarte. No cimo decorei com frutos da época, morangos e pistachios partidos.
Después de hojear algunos libros antiguos de recetas tradicionales portuguesas que encontré en casa, pensé que sería interesante hacer algunos posts sobre algunas de las recetas y al mismo tiempo dar a conocer las regiones a las que pertenecen. Así que, empecé con un pudín de limón tradicional de la región de Bucelas. Bucelas es un pueblo portugués cerca de Lisboa en Portugal.
Es un pueblo que sigue manteniendo características rurales y tiene en la actividad vitivinícola fuertes tradiciones por los excelentes vinos blancos que produce. La fama del vino blanco es muy antigua, fue durante las invasiones francesas que el vino de Bucelas pasa a tener fama internacional. Se dice que el Rey Jorge III, en la época Príncipe Regente, sufría de una enfermedad y para tratarla se utilizó el vino de Bucelas, ofrecido por el general Wellington en su regreso de las Campañas de Portugal. Debido a ello el vino de Bucelas, se convirtió en un hábito de la Corona de Inglaterra. Actualmente es conocido en todo el mundo, consiguiendo varias medallas de oro y plata en concursos internacionales.
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