Pollo al horno con verduras y cerveza
Pollo al horno con cerveza y mostaza
Empiece por preparar el adobo. En un recipiente grande o una bolsa de plástico, coloca el pollo, añade todos los ingredientes y cierra la tapa. Déjalo reposar en la nevera durante al menos 4 horas (si lo prefieres, puedes dejarlo toda la noche).
Pasado este tiempo, colocar el pollo en una fuente y verter el líquido de la marinada por encima. Llévalo al horno precalentado a 180 grados durante aproximadamente 2 horas, o hasta que la piel esté dorada. Después, ¡sólo tiene que servir!
¡Ahora toca freír! Calentar el aceite a fuego medio en una sartén honda. Pase las tiras por la masa, retirando un poco del exceso, y colóquelas en el aceite hasta que se doren, dándoles la vuelta a mitad del proceso.
Pollo al horno con cerveza y nata
Cuando esté listo, añadimos la cebolla pelada y cortada en trozos grandes, y unos dientes de ajo (yo los pongo con piel y todo). Precalentar el horno a 190 grados (temperatura media-alta). Añada también muchas hierbas frescas, el caldo de verduras y la cerveza.
Llevar a ebullición y cocer durante unos 3 minutos, hasta que el horno esté bien caliente. Introducir la cazuela tapada con el pollo en el horno y hornear durante unos 30 minutos. Pasado este tiempo, quitar la tapa y hornear otros 15 min, para que el pollo se dore por encima y el caldo se evapore un poco.
Pollo a la cerveza en el horno
Se lleva al horno, previamente calentado, y se hornea durante unos 20 minutos a fuego fuerte. Sacar la fuente del horno, dar la vuelta a los trozos de pollo y volver a meter en el horno unos 20 minutos más, hasta que el pollo esté bien asado y dorado. Retirar del horno y servir caliente.
- si sacas el pollo del horno y queda mucha salsa en la sartén, retírala escurriéndola con cuidado en un cazo y llévala al fuego, removiendo hasta que espese un poco, redúcela y añádela de nuevo a la sartén antes de servir.
Pollo al horno con cerveza negra
Para asar el pollo utilizamos una vieja bandeja de horno, que tenemos desde hace unos 15 años más o menos. En aquella época, este utensilio redondo, que tiene una rejilla con un agujero en el centro en la parte inferior y un cuenco redondeado en la tapa, se encontraba por todas partes. Pero me quedo con este asunto "pasado de moda" porque se asa muy rápido, sin humos ni suciedad, y el resultado es muy parecido a una comida a la plancha (lo único que le falta es el sabor ahumado).
En menos de media hora en la sartén los cuatro trozos de muslos estaban crujientes por fuera y jugosos por dentro. Sabroso, en resumen. A mitad del tiempo de cocción eché un poco de la marinada sobre cada trozo.
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