Pechuga de pollo al horno jugosa

Pechuga de pollo al horno jugosa

Filetes de pollo rellenos al horno

Antes de empezar a preparar esta receta de pechugas de pollo asadas al ajillo, precalienta el horno a 180°C. A continuación, prepare el ajo: corte la cabeza de ajos por la mitad, rocíela con aceite de oliva, envuélvala en papel de aluminio y hornéela durante 15 minutos.

Transcurrido el tiempo indicado, sacar los ajos del horno, pelarlos y machacarlos con la mantequilla hasta obtener una pasta. Sazone la carne con sal, pimienta negra, esta mezcla de ajo y mantequilla (reserve un poco para el final) y un poco de orégano.

Calentar una sartén engrasada con aceite o aceite de oliva a fuego fuerte y dorar las pechugas de pollo por ambos lados. A continuación, colóquelo en una bandeja de horno y áselo durante 10 minutos; la carne debe estar blanda por dentro y ligeramente dura por fuera.

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Cuando el pollo esté cocido, úntelo con el resto de la mantequilla de ajo para darle más sabor. Acompaña tu pechuga de pollo asada al ajillo con una ensalada de queso de cabra o verduras salteadas y ¡buen provecho! ¿Buscas más recetas de pechuga de pollo fáciles y sabrosas? Echa un vistazo a estas ideas:

Filete de pollo al horno con mayonesa

Para obtener un resultado más preciso, compruebe siempre la temperatura interna, que debe ser de 160°F (71°C) al salir del horno. Después de reposar de 3 a 5 minutos, subirá unos 5 grados F o cerca de 3 grados C, alcanzando la temperatura deseada de 165°F o 74°C.

Para poner en salmuera las pechugas de pollo, basta con llenar un cuenco grande con agua templada y remover bien un puñado de sal hasta que casi se disuelva. A continuación, añada las pechugas y déjelas reposar entre 15 minutos y 6 horas. Si los deja en la salmuera durante horas, coloque el bol en el frigorífico y tápelo.

Suculento pollo al horno

El cálculo depende del resto del menú, como explica el chef Alain Poletto, del Bistrot de Paris. "Si el ave es el plato principal, con pocos acompañamientos, sugiero hasta 400 gramos por persona. Un ave de cuatro kilos es ideal para diez personas".

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El adobo líquido, en el que el ave debe permanecer sumergida hasta 24 horas, dentro del frigorífico, es prácticamente unánime entre los cocineros -así, argumentan, las especias llegan a todos los rincones y la carne queda suculenta tras el asado-.

Después de todo ese tiempo sumergida en los condimentos, el ave está casi lista para ser asada. Ahora es el momento de colocarlo en el centro de una fuente de horno honda, ya libre de la marinada, y untarlo con mantequilla, procurando que la piel quede bien dorada, sin agrietarse.

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